miércoles, 23 de mayo de 2012

PIOMETRIA E INFECCIONES DE UTERO EN GATAS Y PERRAS.

La piómetra o biometría, es una enfermedad infecciosa, y muy silenciosa, producida por bacterias y se caracteriza por la presencia de pus dentro del útero o matriz. La enfermedad sigue a un celo en el cual la hembra no fue fertilizada. Generalmente, dentro de las siguientes 3-6 semanas después del celo. Son muy variables, pero los más frecuentes son: apatía, anorexia (dejar de comer), fiebre (en un 20% de los casos), vómitos, polidipsia (beber mucho), poliuria (orinar mucho) y deshidratación.

Afecta a gatas de mediana edad, en mayor frecuencia. Cuando tu mascota padece esta enfermedad aunque se la verá más decaída, no se le detecta hasta que se observa que hecha secreciones de pus por la vagina (a veces no), bebe mucha agua y el apetito disminuye.
Aunque hay tratamientos paralelos a la cirugía, si la piómetra es muy avanzada el tratamiento con antibióticos no hace nada y no le cura la enfermedad. Por lo que, en la mayoría de los casos se llega a la cirugía y se “vacía” (quitar ovarios y útero) a la gata.
Intoducción:
Las gatas durante el período del celo presentan un incremento de los niveles de progesterona.
La progesterona produce:
  • Un incremento en el número y la actividad de las glándulas endometriales.
  • Una disminución de las contracciones del miometrio (musculatura del útero) y, por tanto, facilita la retención de las secreciones en el interior del útero.
  • Alteración de la inmunidad propia del útero.
Durante el celo, las bacterias (la más frecuente es Escherichia coli) que se encuentran en la vagina pueden ascender hasta el útero donde encuentran un ambiente muy favorable para su multiplicación.
La utilización de algunas hormonas (estrógenos y progestógenos) para la prevención de las gestaciones no deseadas, predispone a la aparición de la piómetra.
Las gatas adultas o viejas tienen celos irregulares que predisponen a estos problemas.
Las gatas tienen celo durante toda la vida.
Qué causa la piometría.

Las dos hormonas principales producidas por los ovarios son el estrógeno y la progesterona. Una cantidad excesiva de progesterona, o el útero que se vuelve muy sensible a ella, es lo que la causa. En otro caso, pueden ser CYSTS (estructura anormal con células que producen un material líquido o viscoso) que se alinean en la base del útero. Estos CYSTS contienen numerosas células secretoras y producen grandes cantidades de fluidos que se liberan en el interior del útero.
Este fluido, junto con el crecimiento de las paredes del útero, hace que el útero aumente su tamaño en forma dramática.
A medida que la enfermedad continúa, el fluido sale de la vagina haciendo que el animal se lama el área en un intento de mantenerse limpia. La bacteria comúnmente coloniza el útero entrando por la cervix. Esto produce una mayor respuesta del cuerpo, más fluido y además glóbulos blancos dentro del órgano afectado (el útero).
Cuando la cervix se cierra, se atrapan todos los fluidos dentro del útero. El cuerpo continúa transfiriendo más fluido y glóbulos blancos dentro del órgano, causando aún más dilatación y crecimiento. El útero puede romperse y desparramar su contenido en la cavidad abdominal. Si esto ocurre, la perra generalmente muere en menos de 48 horas. En la mayoría de los casos, esto NO pasa.
Síntomas.

Como el cuerpo intenta drenar los fluidos a través de los riñones, la perra tomará agua en cantidades excesivas y orinará mucho y frecuentemente. Se lamerá la zona vaginal mientras la cervix aún esté abierta y el útero esté descargando un fluido blanco. Puede tener fiebre y si se le hace un test de sangre mostrará un elevado número de glóbulos blancos. Como el útero crece en tamaño y peso, la gata se mostrará cansada, débil en sus patas traseras hasta el punto de no poder levantarse sin ayuda. Cuando comienzan los fallos del riñón, deja de comer y se vuelve muy letárgica. Las toxinas normales que deberían excretarse del cuerpo crecen y el animal se envenena con ácido urémico. Si no se la trata, puede morir de fallos al riñón.
Tratamiento.
El tratamiento preferido es hacer una ovariohisterectomía. Consiste en quitar los ovarios, oviductos, útero y todas las venas asociadas. Como todas las operaciones tiene su riesgo para estos animales porque su cuerpo ya está muy deteriorado. En algunas hembras valoradas para la cría, una terapia hormonal y con antibióticos puede tratarse en vez de la cirugía. En la mitad de los casos esto es efectivo pero muchas veces el animal no responde bien y al final se recurre a la ovariohisterectomía.
Prevención.
La mejor es castrar a la gata una vez que ya no se quiera criar más con ella o de lo contrario, si nunca piensa criar con ella, lo mejor es castrarla antes de los seis meses de edad.

La piometría es un problema serio.


El veterinario hará un diagnóstico, la mayoría de las veces con la historia clínica y una buena exploración es suficiente, otras veces, son necesarias pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico, así: análisis de sangre (para valorar el número de glóbulos blancos y la funcionalidad renal), radiografías del abdomen o ecografías del aparato genital.
Recomendación:
Recurrir lo antes posible al veterinario para que trate esta urgencia de forma inmediata. El tiempo entre que empiezan los problemas y la actuación veterinaria es muy importante para la supervivencia de su gata.
Si se opera de forma rápida las posibilidades de éxito son muy altas. El tratamiento quirúrgico suele conseguir una curación definitiva.